Pastores II

Total. Que llegó la carnestolenda y nos subimos de nuevo al escenario a cantar el popurrí. Y entre que la gente es muy agradecida, y que teníamos muchas ganas, al final tiramos para alante, y sacamos el cuarteto.

Para ir recordando, aquí van algunas cosas:

PRESENTACIÓN:

Ya estamos aquí, ya hemos llegado,

deja aquí las ovejas esto parece un buen prado

ya estamos aquí, ya hemos llegado

que si ahora empezamos antes habremos acabado

Aquí decíamos que empezábamos con una balada para que dos ovejas en la final dijeran BEEEEEEEEEE, ya que en ese año, los cuartetos debían ser de 3 personas como minimo, y así arreglábamos el problema.

Balar pegados es balar, es como estar balando juntos

aquí las ovejas bailaban, no por nada, si no porque se les iban las patas tras la música

ellas prefieran pastar hierba nada más

Almunia pasta Frutos

Aznar pasta con Pujol

Marcelino como no, no va a ser menos

con la izquierda pastará, hay tanta variedad (qué ironía)

que no sé dónde iremos a pastar

Al final de un camino me encontré con un porrón y un prado divino

Esto me es desconocido y algo raro ha sucedido

Las ovejas dicen guau

las ovejas dicen pío

las ovejas dicen croac

las ovejas dicen miau

y nosotros pensamos... SE HAN FUMADO EL PRADO!

Recordad que la presentación la compusimos entre la ochiada y la carnestolenda que fue donde nos dijeron que para la actuación de la final hacía falta una. Novatos...

Continuará...

AÑO 2000. CUARTETO "PASTANDO EL RATO". Conocido por LOS PASTORES

Parece que fue ayer cuando Troche y Moche se encontraron en su ciudad natal de nuevo, después de dar vueltas universitarias y militares por España, y empezaron a aburrirse, y a irse de botellines, y a hacer gentes en el añorado club de billar, cuando no se sabe por qué empezaron a pergiñar el hacer un cuarteto.

La cosa empezó como una solemne tontería. Empezaron a oírse las inéditas "cadenas del paro", "veinte días y una hora estuvimos haciendo cola, se me acaba la paciencia allá en la residencia...". Total, que entre tubo y tubo, la cosa se fue fraguando, y nuestro amigo Cano empezó a calentarnos la cabeza en que era posible. La verdad sea dicha, que sin sus empujones nunca hubiésemos hecho nada.

Y así llegó el carnaval de 2000, y nosotros nos fuimos a la "Ochiá" en el puesto de flores de la plaza con nuestro repertorio aprendido, con nuestras cervezas en el cuerpo para hacer frente a tal hazaña. Hazaña la de nuestro padre, que estuvo esperando desde las siete de la tarde hasta las 1 de la madrugada en que cantamos en el Atalaya.

Continuará...